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El objetivo central de la etapa intermedia y, en particular, de la audiencia de preparación de juicio oral, es precisamente lograr que dicho juicio pueda desarrollarse sin problemas, en tiempo y forma oportunos, centrando el debate y la prueba en aquello que es esencial para la toma de la decisión, previendo así y resolviendo de forma anticipada incidencias que puedan complejizarlo y alargarlo innecesariamente. Dada la relevancia que en el sistema procesal penal tiene el juicio oral, la importancia de esta etapa no puede sino ser calificada como crucial.

Sin embargo, la evidencia y la percepción de los y las intervinientes indica que hoy estamos lejos de cumplir con esos importantes objetivos. Basta observar el desarrollo de los juicios orales en la actualidad, su extensión, las discusiones muchas veces intrascendentes que allí se realizan, la enorme cantidad de prueba que se presenta sin que realmente agregue valor alguno a una decisión de calidad, para concluir que está fallando esta audiencia en su principal objetivo.

Sin dudas los problemas que hoy experimentan los juicios orales tienen múltiples causas, las que no se deben exclusivamente a la dinámica y los resultados de las audiencias de preparación, pero tampoco puede haber dudas de que hay decisiones y prácticas que se pueden aplicar en ellas que podrían incidir de manera muy significativa en resolver o al menos aplacar algunos de esos problemas.

No se condice con el objetivo de esta audiencia la escasa discusión que en la generalidad de ellas se da respecto a la admisibilidad y la exclusión de prueba, a que prácticamente no existan convenciones probatorias (incluyéndose solo una frase sacramental de que “no se arribó” a ellas). Lo anterior ha llevado a Mauricio Duce a calificar a la APJO como un “pasadizo desde el punto de vista probatorio, es decir, donde todo lo que se presenta simplemente entra”[1]¿Qué ha pasado con la audiencia de preparación del juicio oral? Duce; 2018; https://espaciopublico.cl/que-ha-pasado-con-la-audiencia-de-preparacion-del-juicio-oral/.

Siendo así, nadie pueda extrañarse de lo que hoy duran los procesos en nuestro país. De acuerdo a lo informado por el diario La Tercera en marzo del año 2023[2]link: https://www.latercera.com/nacional/noticia/tiempo-que-tardan-las-causas-judiciales-en-lograr-una-condena-se-duplica-en-siete-anos/W2PZHYMMS5EFNLNHCNRN6WGCJM/, desde el ingreso del caso a una condena -en el año 2015- el promedio era de 222 días, siendo -en el año 2022- de 472 días, es decir, un aumento de un 112,6% en siete años.

Lo dicho se aplica a la generalidad de los casos penales que llegan a esta etapa, pero adquiere ribetes francamente kafkianos en los llamados “mega casos”, los que hoy pueden llegar a extender su duración, solo en la etapa del juicio, a varios años, con costos altísimos para el sistema, los operadores, las víctimas, los testigos y, personas imputadas, para la calidad y oportunidad de las decisiones y, en definitiva, para la credibilidad pública en nuestro proceso penal.

La presente Guía, construida por jueces de garantías, pero con importantes aportes de académicos y otros actores del proceso penal, viene a levantar las mejores prácticas hoy en día disponibles para hacer de esta audiencia una auténtica contribución a mejores juicios orales y no una mera formalidad. Promueve entonces un rol activo por parte de los y las jueces involucrados, identificando y abriendo debate de inconsistencias, omisiones, vulneración de garantías, convenciones probatorias, sobreabundancia, inadmisibilidad e impertinencia de la prueba y actuando de oficio en toda oportunidad en que siendo procedente pueda ser útil y necesario en pos de los objetivos ya mencionados.

Esta Guía se suma a las que ya ha elaborado la Academia Judicial sobre otras audiencias de garantía (https://guias.academiajudicial.cl/?categoria=Garant%C3%ADa), nace de la constatación de que, pese a que instrumentos de este tipo han más que demostrado su utilidad en la experiencia comparada, en Chile no existe nada parecido. Viene entonces a llenar una fuerte necesidad de diálogo y discusión entre pares, respecto a las prácticas cotidianas con que enfrentan cada uno su función. Es ese diálogo la única vía para avanzar reflexivamente sobre cuestiones que tienden muchas veces a burocratizarse y permiten relevar buenas prácticas que no se masifican principalmente porque se desconocen.

Es un documento que ha buscado ser simple y directo en su construcción, de carácter muy práctico y con una presentación que facilite su utilización. De allí los diversos formatos en que se encuentra: se puede consultar en línea (la página web de la Academia ofrece la opción de bajarlo a computadores o teléfonos celulares), sin perjuicio de que también será publicada en formato impreso. Igualmente con el fin de facilitar su uso se contiene listas de verificación, links relacionados con diversos temas operativos, un buscador de contenidos, ejemplos concretos de audiencias tipo y modelos posibles de resoluciones.

Esperamos realmente que este instrumento le sea útil a los y las jueces y a la comunidad legal en general y que logre contribuir a la mejora de la justicia que reciben nuestros ciudadanos.

Juan Enrique Vargas ViancosDirector Academia Judicial


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